¿Alguna vez
se han imaginado…? No, la historia que estoy por contar es muy fuerte, es tan
fuerte que no concibo que en la mente de alguien, que si quiera en los rincones
más profundos del cerebro hayan pensado en una situación de tal magnitud, de
una situación como mi vida lo ha sido en mis 15 años, así que reformulo la
pregunta. ¿Alguna vez han escuchado de una historia que tenga que ver con
prostitutas y muertes? ¿Qué tan bien incluya la misericordia y un buen hombre dispuesto a darlo todo por amor? Bueno, están
a punto, algo así es mi historia, la historia de mi vida no es muy linda de
contar, mucho menos de leer, así que te sugiero que cierres este libro a menos
que estés dispuesto a tener pesadillas por las noches, pesadillas que me
persiguen cada noche con una historia real que me ocurrió a mí, apenas cuando
era una bebe y necesitaba a una madre y a un padre, a una familia estable,
donde necesitaba el ceno de una familia, vivir en un matrimonio.
Mi historia
es tan fuerte, que no puedes esperar que hable de ella de una sola vez, es
mucho dolor si quiera pensar en ella por partes, decírtela y que tu llegues a
comprender todo y sentir todo lo que yo he sentido en mi vida… Bueno, llevara
un poco de tiempo.
Pero puedo
empezar presentándome, mi nombre es Gabrielle Franco, tengo 15 años y en este
momento mi vida es más de lo que alguna vez imagine que yo podría pensar, mi nombre
tan hermoso se le ocurrió a mi madre Yasmin en circunstancias no precisamente
hermosas, tengo una dulce hermana, llamada Aleah, ella tiene apenas 6 años y es
la dulzura de persona, la persona más importante en mi mundo es mi dulce Leah.
Mi padre
murió, cuando Lee tenía dos años, yo poseo pocos recuerdos de él, todos los
recuerdos que tengo son de él, cantándome o rezando conmigo, pidiéndome
disculpas y diciéndome que me amaba, todos ellos se presentan en sueños durante
las noches más duras, consolándome, se que siempre está conmigo.
Afortunadamente,
mi madre encontró un hombre la ama, la ama y nos ama y está dispuesto a
aceptarnos y formar una familia con nosotras, a pesar de toda la terrible
historia que tenemos, aunque mi madre al principio se rehusó a la idea de
encontrar un hombre tan perfecto como él, tan misericordioso, que le perdono
sus pecados y acepto que viviéramos bajo su techo, dándonos cobijo y protección
sin nada a cambio, ella todavía no está dispuesta a casarse con él, piensa que
en cualquier momento se va a arrepentir de aceptar a una mujer tan sucia, en
sus propias palabras, y nos botara de esa casa. El asegura que la ama, aunque
no estoy segura por que se que es sincero, es una historia muy bonita la de
ellos dos, una historia que contare en cualquier momento.
Lee adora a
ese hombre, es un padre para ella, aunque el ya entro muy tarde en mi vida como
para considerarlo un padre le tengo un gran respeto y un gran amor, su nombre
es Martin Franco. Martin es el hombre al que le debo lo que mi hermana es hoy, lo que mi madre y yo somos hoy, si no
fuera por sus atenciones, no imagino en qué lugar estaríamos ahora,
probablemente en uno de los barrios más sucios y pobres de la ciudad pidiendo
dinero para comer, yo cazando animales o quizá que otras actividades estará
haciendo mi madre para poner comida en nuestra mesa, ocultándoselo todo a Lee para
que no se entere, tampoco estaríamos en uno de los mejores colegio del país,
disfrutando con los hijos de las personas más importantes y más adineradas, gracias a el estudio, como y
tengo el placer de ver a mi dulce hermana crecer en un lugar apropiado para
ella.
Si quieren
que sea sincera, no le doy mucha importancia a eso de estudiar en el mejor
colegio del país, ni a estudiar con hijos de personas adineradas e importantes,
gran parte de esas personas, las que estudian conmigo tienen un gran corazón,
son buenos amigos y siempre que las necesitan sin pensarlo dos veces estarán
ayudándote, el problema con ellas es que no saben cómo ser buena amiga en los
momentos buenos, solo saben apoyarte cuando todo está mal y esos apoyos se
basan en sonrisas, miradas de lastima, estar contigo y ayudarte en lo que
pueden, no saben cuánto agradezco todo lo que me han ayudado sin pedirme
razones, razones de a qué se debía mi tristeza.
Hace un par
de años, yo era una mala persona, nunca estaba para mis amigas, era fría y calculadora,
intentaba arrebatarle todo a todas solo para probar que yo lo merecía más que
ellas, al principio fue divertido, no diré que no, pero después de un tiempo, me
di cuenta…, no estaba orgullosa de las cosas que hacía, las personas no me
tenían respeto alguno, miedo era lo único que encontraba en sus miradas cuando
se atrevían a fijar sus ojos en los míos. Me canse de ser así, me di cuenta que
tenía que mejorar. Aunque, hay veces que ese lado de mi sale, es algo que estoy
aprendiendo a mantener bajo control.
Todo esa
personalidad, toda esa “antigua” Gabrielle Franco, no era más que un desquite a la
humanidad. Yo solo era…muy egoísta. He pasado por cosas malas, cosas que
ustedes no se imaginan, así que yo solo quería que todos mis amigos pasaran no
por lo mismo, pero por algo parecido. Quería enseñarles que la vida no es como
la pintan. Pero, me di cuenta gracias a alguien, que eso está mal, está muy
mal.
Ya hable
demasiado sobre mí y explique más o menos mi situación. Espero que eso sea
suficiente, porque os ruego, si todavía no lo habéis hecho, os ruego que
cerréis este libro. Es necesidad prioritaria para mi escribir sobre mi
historia, contar esta historia, desahogarme con palabras, si no lo hago,
lamento mucho que me encontrare en el borde de la locura, pero ustedes, ustedes
no necesitan leer esta historia, historia que os dejara pensando en las
terribles vidas que tiene la gente de allá afuera, afuera de las cuatro pareces
en donde encontráis todos los días.
Deja de leer antes de que sea muy tarde.